viernes, febrero 18, 2005

Asimov y la Divulgación Científica

Desde pequeño he tenido que afrontar retos, a los 3 años ya tuve que superar un examen de acceso a la guardería (de esas elitistas...) en el que debía saber leer, gracias a eso he devorado libros sin descanso... mi ficha de la biblioteca municipal tiene 5 hojas... y poco a poco me he ido decantando claramente por la novela, en general la histórica y con pasión la científica. Cuando entré en la Universidad la ciencia copó mi vida y me topé con Isaac Asimov, Bioquímico Ruso que dedicó su vida a la divulgación científica de un modo ameno y maravilloso que trato de imitar en todo lo que escribo.

Si no lo conocéis os lo recomiendo encarecidamente, tanto en su faceta de Ciencia Ficción (sus sagas “Fundación” y “Robots” me dejaron boquiabierto) como de divulgador científico, aspecto en el que es insuperable. Escribió, literalmente, sobre todos los temas, concienzudamente, se documentaba de forma enfermiza, y lograba mantener al lector pegado a sus obras con una serie inacabable de curiosidades y anécdotas perfectamente aplicables a la vida diaria... Todavía recuerdo la fascinación de ver el Efecto Coriolis por el que el agua siempre gira en el sentido de las agujas del reloj al sumirse por el lavabo, eso si, dependiendo del hemisferio en donde estés... A que no sabíais que ese mismo efecto hace que las borrascas giren, justifica corrientes oceánicas y hasta que se creen huracanes!!

Ahora me ha picado a mí ese gusanillo por el afán de describir el mundo y para colmo lo mezclo con mi pasión novelística (azuzado por mi musa particular de las letras, Gracias “Su”!!) y quiero atacar ese reto, aun siendo de ciencias. Escribiré con ese fin!! Deseadme suerte!!


PD: Para muestra de lo que puede lograr Isaac Asimov ahí va un botón... leed el comentario!!

2 comentarios:

  1. Isaac Asimov - Cómo OcurrióMi hermano empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ese que hace que las
    tribus se queden aleladas ante sus palabras.
    -En el principio -dijo-, exactamente hace quince mil doscientos millones de años,
    hubo una gran explosión, y el universo...
    Pero yo había dejado de escribir.
    -¿Hace quince mil doscientos millones de años? -pregunté, incrédulo.
    -Exactamente -dijo-. Estoy inspirado.
    -No pongo en duda tu inspiración -aseguré. (Era mejor que no lo hiciera. Él es tres
    años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración.
    Nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas.)-. Pero ¿vas
    a contar la historia de la Creación a lo largo de un período de más de quince mil
    millones de años?
    -Tengo que hacerlo. Ese es el tiempo que llevó. Lo tengo todo aquí dentro -dijo,
    palmeándose la frente-, y procede de la más alta autoridad.
    Para entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.
    -¿Sabes cuál es el precio del papiro? -dije.
    -¿Qué?
    (Puede que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no
    incluye asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.)
    -Supongamos que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo
    de papiro. Eso significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que
    hablar mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo
    tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabarían
    cayendo. Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tú tengas la voz y
    yo la fuerza suficientes, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un
    centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones ¿cómo
    vamos a obtener derechos de autor?
    Mi hermano pensó durante un rato. Luego dijo:
    -¿Crees que deberíamos acortarlo un poco?
    -Mucho –puntualicé-, si esperas llegar al gran público.
    -¿Qué te parecen cien años?
    -¿Qué te parecen seis días?
    -No puedes comprimir la Creación en sólo seis días -dijo, horrorizado.
    -Ese es todo el papiro de que dispongo -le aseguré-. Bien, ¿qué dices?
    -Oh, está bien -concedió, y empezó a dictar de nuevo-. En el principio... ¿De veras
    han de ser sólo seis días, Aarón?
    -Seis días, Moisés -dije firmemente.

    Enlace: http://www.fortunecity.es/poetas/relatos/166/

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  2. Mucha suerte, seguro que si estás decidido a afrontar el reto, sea cual sea el resultado, el esfuerzo merecerá la pena, porque por uno mismo, todo, todo, lo que se hace, tiene un sentido, y si tu entre asimov, recetas de cocina, defectos visuales e historietas varias encuentras lo que buscas tu reto se verá colmado, no te olvides de apuntar muy alto, ¡hay nuevos retos prestos para que te vuelques en ellos!

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