8,7 grados durante 120 terribles segundos...
El 1 de Noviembre de 1755 el sol lucía con fuerza sobre Lisboa. La gente se preparaba para honrar a sus muertos llenando las iglesias sin imaginar la catastrofe. A las 9:30 de la mañana la tierra se agitó, en grado progresivo una sacudida de unos dos minutos desplazó cualquier cosa de su lugar, clavada o no al suelo. Los primeros que cedieron fueron los techos, sobretodo los de las iglesias. Rocas colocadas con suma maestría para sustentar pilares y afianzar construcciones volaban decenas de metros. Los árboles sacaban sus raíces como si trataran de huir. Fachadas y tejados rodaban pendiente abajo hasta el rio moliendo todo lo que osaba permanecer en su camino... Para cuando el suelo vació sus últimos estertores el mundo parecía del revés. Nada resistió esa sacudida y los aterrados supervivientes luchaban por recuperar el equilibrió.
La primera opción de las masas fue abandonar la ciudad, huir con lo puesto y el puerto parecía una salida natural, a los 30 minutos del seismo la naturaleza tomó los dados de nuevo y se lanzó furiosa, hambrienta de almas. El mar retrocedió, casi se retiró 100 metros antes de golpear con fuerza, una ola trepo por las siete colinas. Una columna de más de 30 metros de altura ahogó los resto de la ciudad... Ya entonces la ciudad apenas retenía piedra sobre piedra pero aún le quedaba sufrir un acoso más...
Apenas un par de horas después una réplica, como buena hija de su madre, inició la tercera plaga, Fausto mismo, ayudado de velas y hornos salió de su caverna y campando a sus anchas en la desolación prendió un incendio que alimentado por los escombros de una capital entera deboró con saña hasta las raices de los árboles. Por cinco días enteros ardió Lisboa. Tres cuartos de la población seguía viva, casi 60.000 almas dijeron adiós solo en Lisboa... Una destrucción sobrenatural que ocurrió hace ya 250 años y que no solo sufrió la capital lusa...
La tierra tembló... 8,7 grados durante terribles 120 segundos... Dos horas después una réplica y la verdadera culpable de la mayoría de las muertes fué una lengua de mar que aplastó todo el litoral... El sur de portugal, las zonas pesqueras del Algarbe, los puertos de huelva, San lucar de barrameda, el norte de áfrica y hasta Rabat perdieron sus puertos. Miles de muertos... Flotas perdidas...
En Cádiz el terremoto devino en maremoto, la leyenda cuenta que las aguas solo se detuvieron ante el estandarte de la Virgen de la Palma, «Hasta aquí llegó el agua, dijo el Cura de la Palma». En Sevilla hay un cuadro que recuerda ese día y el milagro de las Santas Justa y Rufina, santas alfareras, que sustentaron la Giralda, que afectada se resistío "milagrosamente" en pie cuando todo se caía, un 89% de las casas resultaron afectadas. En Madrid la caida de una cruz mató a dos muchachos...
El terremoto acentuó las tensiones políticas entre Portugal, España e Inglaterra además de interrumpir abruptamente las ambiciones coloniales de Portugal. El pueblo creía haber recibido un castigo divino... En ese momento Portugal necesitaba una mano fuerte y la encontró... El Marqués de Pombal fue el artesano del renacimiento de Lisboa...
Enlaces:
El terremoto de 1755
El Terremoto en Wikipedia
El Terremoto en la Península
El epicentro
Posibles seismos en la Península
WebQuest sobre Terremotos
250 Aniversario, Conmemoración Lusa
Wow, toda una lección de historia...¡Que miedo vivir un terremoto!...Sabes? Me parece sumamente interesante tu blog, he leído varios post de una atacada y me ha gustado especialmente el del conejillo de India, en los documentales de Pilot ya había visto que en algunos lugares de Centroamérica se los comían...Se ven unos animalillos muy simpáticos.
ResponderEliminarY bueno, gracias por pasarte por mi blog, vuelve cuando quieras...